viernes, 16 de noviembre de 2007

MiTo




MITO



Toda la gente iba de un lado a otro, trabajaban, comían, convivían, de vez en cuando jugaban, todo era muy tranquilo pero aburrido. Los niños del pueblo no sonreían, no tenían alguna ilusión o sueño, simplemente vivían por vivir y porque les tocó llegar a este mundo, a los adultos los veías con la misma cara de cansancio e indiferencia a los demás.
En el pueblo mas cercano las cosas eran diferentes podías ver en las personas el brillo en sus ojos, les olías la felicidad, les escuchabas los sueños. En las noches todo el pueblo se juntaba en una gran explanada lleno de pastos y flores. Se recostaban y pasaban horas de horas mirando al cielo, se tomaban de las manos unos con otros para trasmitir lo que recibían.
Resulta que había una mujer hermosa, morena, con la piel lisa, el cabello negro ondulado y largo, unos ojos increíbles parecía que te hipnotizaba con la mirada. Esa mujer fue la que inició lo de ir todas las noches a la explanada.
Había días en los que no pasaba nada, pero otros en los que se ganaba mucho. Cuando miraban al cielo esperaban por estrellas fugaces, esas estrellas eran sentimientos y valores nuevos, por cada estrella fugaz que vieran las personas se llenaban de amor, paciencia, gratitud, felicidad, etc.
La hermosa mujer era un pedazo de luna, una diosa que había bajado a la tierra para inculcar a esos hombres lo que es vivir en armonía y con muchos sentimientos involucrados.
Así esa mujer cuando veía que había terminado su misión en cada pueblo, iba a visitar las diferentes comunidades y es así como surgieron los sentimientos alrededor del mundo. Cada estrella te regalaba algo especial para hacer la vida mas llena.

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